lunes, 21 de marzo de 2011

¿POR QUÉ AMNISTÍA? (III)


AMNISTÍA DEL AÑO 1956


“Una mala paz es todavía peor que la guerra”
Cayo Cornelio Tácito


A medida que se viene estudiando a fondo pasajes de la historia reciente, y en especial los pormenores de las últimas políticas de amnistía implementadas en el Perú, salen a relucir algunos pasajes históricos que nos pueden ayudar a entender mejor hechos recientes de violencia política, como fue la guerra interna desenvuelta en el Perú en los años 80. Esa mirada en nuestra historia nos permite darnos cuenta cómo en épocas pasadas muchas organizaciones opositoras a gobiernos de derecha y a regímenes golpistas, fueron catalogadas por estas como sectas, terroristas, violentistas etc. En el plano internacional tenemos el ejemplo de la organización armada “Lanza de la nación” dirigido por Nelson Mandela en la lucha contra la política del Apartheid en Sudáfrica, y por el cual el líder africano fue recluido en prisión durante veintisiete años, por una condena a cadena perpetua, además de haber sido incluido por EE.UU. en su lista mundial de “terroristas”, paradójicamente en el año 1993 fue galardonado con el premio Novel de la Paz. En el caso peruano no podemos negar que muchos militantes del APRA, en sus inicios, fueron perseguidos y criminalizados, y de igual manera fueron tildados de sectas y terroristas por los gobiernos de turno, paradójicamente en estos últimos años es esta organización quien no sólo tilda sino también es responsable de la matanza de muchos prisioneros políticos entre los años 1985 a 1990, y que en la actualidad no cesa en su persecución contra los que aun siguen recluidos en las prisiones por delitos políticos.

Conviene citar una pequeña parte del discurso que pronunció Haya de la Torre en 1957, en el plenario del III Congreso aprista, “…no nos importe que nos llamen secta porque quienes así lo hacen confunden nuestra mística con un sectarismo. Que nos digan lo que quieran, lo que necesitamos es elevar la categoría moral de este partido”. Habría que hacerles recordar a muchos de los incorregibles apristas estas frases de su máximo líder, ya que hoy en día muchos de ellos han dejado desde hace largos años la lucha de ideas, para lanzarse a las luchas por puestos laborales y congresales.

Nos remitimos a citar aquel discurso de Haya de la Torre, por que la celebración de aquel evento congresal, fue fruto de la vuelta a la legalidad del APRA y del Partido Comunista del Perú, que habían sido proscritos por el gobierno militar del general Odría, esa vuelta a la legalidad estuvo acompañada de una ley de amnistía.

Como se sabe la llamada Restauración Oligárquica 1948 capitaneado por Odría, dio un golpe de estado al gobierno democrático burgués de Bustamante y Rivero, esta actuación violenta estuvo apoyado por los grupos de poder, y en especial por Pedro Beltrán, representante de un liberalismo económico.

Pero veamos que significó el Ochenio en la vida política del país. Desde su inicio su gobierno se caracterizó por autodenominarse ni de izquierda ni de derecha, seria supuestamente nacionalista, similar a las posturas asumidas por los regimenes golpistas implementados en el Perú, desde Sánchez Cerro hasta Juan Velasco Alvarado. Denominación que escondía su clara filiación derechista. El Ochenio también es conocido por haber implementado un nivel de represión superior a los regímenes anteriores, ya que cuando se instala la junta militar de gobierno, el quehacer político se redujo a cero, se violó en forma constante y sistemática las garantías individuales, se produjo la detención y expulsión de dirigentes políticos, las violaciones de domicilio fueron constantes Es en este periodo que se da a conocer el asilo de Haya de la Torre en la embajada de Colombia.

La represión odriista llegó a un nivel superior cuando a mediados de Julio de 1949, se crea la drástica “Ley de seguridad interior de la republica”, sólo comparable al Decreto Ley 25475 promulgada por Fujimori y la Ley Antiterrorista N° 18314 de Pinochet, ambas vigentes en la actualidad. Dicha ley establecía la pena de destierro, cárcel y aun la de muerte por delitos calificados de terroristas, pero lo más aberrante de todo esto era que, para ser definidos como “terroristas”, bastaba con poseer armas cortantes y punzantes.

Pero así como la derecha peruana respaldó a Odría en el golpe de estado, también fue la que apoyó su caída, dicho apoyo no se debió a un espíritu democrático sino que se dio por conveniencias políticas, ya que al ver que no existía una amenaza interna fuerte, ya no les era conveniente mantenerlo en el poder, muy por el contrario les era un estorbo para sus correrías económicas por ello van a empezar a conspirar contra él. Dicha caída va a tener su cúspide con la convocatoria a votaciones para el año 1956, elecciones que estuvieron precedidas de sucesos borrosos como los planes conspirativos de la guarnición de Iquitos, hecho que va a ser tomado como pretexto para que Odría diera los últimos manotazos para quedarse en el poder, en efecto empezó a detener a personajes opositores como a Pedro Roselló y su ex aliado Pedro Beltrán, ambos recluidos temporalmente en la isla El Frontón. Es en este contexto que surge uno de los contubernios más sonados del APRA con el Movimiento Democrático Pradista, llamada también la convivencia, es decir empezaron a tener arreglos con Prado, su antiguo perseguidor.

Fuera de estas maquinaciones, debemos diferenciar que, en este lapso de tiempo se da la ley Nº 12654 que concedía amnistía general y dispuso el corte de todos los procesos seguidos contra todos los civiles y militares, procesados o condenados, por cortes marciales, fueros privativos, consejos de guerra militares, navales, de aeronáutica y de policía y de tribunales ordinarios por causas político sociales.

Amnistía originada por la misma presión social, pues el malestar por la dictadura de Odría se hacia sentir con la aparición de diferentes tendencias opuestas al régimen. No debemos olvidar que, no sólo se dio una política de indulto, sino que paralelo a ello se derogaron decretos lesivos para los sectores populares, como la “Ley de seguridad interior de la republica”.

En referencia a esta amnistía implementada en el año1956, habría que partir por entender la situación de aquel contexto, principalmente la correlación de fuerzas entre los sectores de izquierda y los de la derecha, y una vez que hallamos visto ello, vamos a poder entender el porqué de la salida política llevada a cabo a través de una amnistía que tuvo el carácter de general. Pues, si bien es cierto que dicho indulto fue ganado por sectores populares en lucha, no podemos negar que los sectores de izquierda se encontraban débiles por los niveles de represión implementadas por el Ochenio, y ello explica en parte el porqué, a la vez que se liberaban a muchos luchadores sociales como Juan Pablo Chang, también salían de prisión personajes reprochables como Pedro Beltrán representante conspicua de la derecha peruana. Hacemos hincapié en ello ya que hoy en día desde los sectores de izquierda también se viene planteando políticas de amnistía, en algunos casos planteadas de manera subjetiva y hasta cierto punto farisaicamente, pues no se ve el contexto nacional, ni la situación de los sectores de izquierda, existe pues esa tendencia de sólo ver problemas de grupos y no se ve el problema de la nación en su conjunto por ello, tal como se mencionara en un artículo anterior, nos reafirmamos en señalar nuestro asentimiento a la postura asumida por el Doctor Guzmán en el llamado a una Solución Política Amnistía General y Reconciliación Nacional, postura que desde que ha sido planteada, encuentra oposición y resistencia, no sólo de la otra colina sino desde otros sectores de la izquierda peruana, y no es para menos, pues se entiende que como toda política fundamental demandará años su aplicación y sus resultados no serán inmediatos. Oposiciones que, a nuestro juicio no ayudan a resolver también otros problemas actuales, como la lucha por la derogatoria de leyes implementadas en el gobierno de Fujimori, las cuales sirven para que el actual gobierno aprista siga criminalizando y reprimiendo las justas demandas de los sectores populares. Y por ultimo, remitiéndonos a la cita que encabeza este artículo, la no puesta en práctica de una verdadera solución política a los problemas procedidos del conflicto interno peruano, genera más odios y resquemores entre los peruanos. Solución política que no excluya al colectivo del PCP que ha sido para muchos, incluidos sus opositores, el factor determinante de la guerra interna.

Bibliografía

Basadre Grohmann, Jorge. “Historia de la República del Perú”. Tomos 18. Orbis Ventures S.A.C. Lima. 2005.

Carlos Contreras /Marcos Cueto. “Historia del Perú Contemporáneo”. IEP. Lima. 2000

Guzmán Reinoso, Abimael. “De puño y letra”. MANOALZADA. Lima. 2009

SALVAT. “HISTORIA UNIVERSAL”. TOMO 18. Orbis Ventures S.A.C. Lima. 2005.